martes, 16 de julio de 2013

Capítulo 12 - Josh

-¡JOSH DESPIERTA!
-¿Qué? ¿Qué ocurre?
Con un salto despierto de golpe. Me froto los ojos e intento enfocar la situación que tengo delante. Sam está zarandeándome con fuerza y Liam se encuentra a su lado.
-¡Que llagas tarde! -Grita Sam- Quedamos a las 3 con todo el equipo, son las 2. - dice señalando al reloj que lleva en la muñeca.
Me levanto corriendo. Había olvidado por completo la comida con los demás. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que anoche me quedé durmiendo en el sofá. No solo lo veo, sino que también lo noto en el agudo dolor de espalda. No puedo creer que estuviera hasta las tantas hablando con ella.
Mientras me ducho, oigo las voces de Sam fuera.
-Por suerte nos hemos encontrado con Jenn. Nos ha dicho que estabas durmiendo en el sofá y, puesto que lleva semanas sin descansar, ha sido tan amable que no ha querido despertarte porque sabía que acabaría gritándote. Si lo llego a saber la mando a ella para que te ponga derecho como una vela. Sería algo digno de ver. Imagina el enfado que tiene. Ella muerta de sueño se acostó nada más termina de grabar y se ha despertado puntual para verte ahí roncando en el sofá y...
-¡Yo no ronco! - grito desde la ducha.


-Resulta que tú has pasado la haciendo el tonto y ahora te crees que tienes derecho de despertarte a las dos.
-Cálmate Sam, no es para tanto- lo interrumpe Liam a su lado.
-¡No me digas que me calme! ¡Se tiró ayer hasta las tantas con el ordenador! Creo que no es necesario que cotillee para saber con quien estuviste hablando, ¿verdad, Josh?
Termino de ducharme. Abro con fuerza la puerta y observo fijamente a Sam. Después lo apunto con el dedo.
-Ni se te ocurra tocar ese ordenador.
-¿Y bien? ¿Cómo se llama la chica misteriosa?
Liam a su lado nos mira a uno y a otro, incómodo, sin entender nada de lo que estamos hablando.
-Ana - respondo sin apartar la mirada.
-¿Y de qué hablasteis?
'No te importa' me gustaría contestarle. Pero eso solo puede ocasionar que me arrebate el ordenador y lo mire por él mismo.
Recuerdo la conversación que tuve anoche con ella. Me hizo sentir joven, como si hubiera vuelto a nacer. Me esforcé e intenté ponerme en su piel, saber cómo se sentía y como debía actuar. Ha sido una de las cosas más divertidas que he hecho nunca. Interpretar el papel de un adolescente, ser un adolescente.
Pero esto no voy a contárselo a Sam.
-Nada – respondo, justo antes de abalanzarme sobre mi portátil para impedir que él lo coja antes.
Y, por primera vez, cumplo mi misión.

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