-¿Seguro que estás bien? - estamos en
la puerta de mi casa Estefi, Álex y yo. Se han empeñado en
acompañarme a pesar de que vivo en la otra punta porque, según
ellos, no estaba en condiciones de ir sola, aunque en el fondo temen
que me encuentre con Adrián de nuevo.
-¡Que sí, Estefi!
-No me grites. La primera que tiene
ganas de pegar voces aquí soy yo y no lo hago.
Respiro profundamente y me tranquilizo,
guardando todo lo que tengo ganas de gritar.
-Nos veremos antes de lo que piensas –
digo sentándome en las escaleras de la entrada. - ¿Qué quería
decir con eso?
-Y yo que sé. Se le habrá ido la
pinza. ¿Qué quería decir con que su amigo Juan va a volver? - noto
temor en la voz de Estefi.
-¿Y a qué venía la tontería de la
boda? - Álex lleva sin hablar desde que estábamos en el parque.
Veo como Estefi se pone colorada, así
que decido que es el momento de separarnos. Creo que tienen que
hablar a solas.
-Me voy, mañana nos vemos en el
instituto chicos.
-Adiós – dicen los dos al unísono.
Se dan la vuelta y comienzan a andar
uno junto al otro. Dos lágrimas caen por mis mejillas y salgo
corriendo hacia ellos. Estefi se gira en el instante en que la
alcanzo y nos fundimos en un abrazo. Yo comienzo a sollozar y ella
intenta tranquilizarme, acariciándome el pelo.
-Tranquila, Ana. Relájate.
-Gracias chicos. - noto como otro par
de brazos me rodea; Álex debe de haberse acercado hasta nosotras.
Me separo y me giro rápidamente para
secarme las lágrimas, después los miro y les dedico una sonrisa,
intentando que sea lo más auténtica posible.
-Os quiero muchísimo. - me doy la
vuelta y camino hacia mi casa, pero antes de seguir decido hacer una
última locura. Me doy la vuelta y veo que aún siguen mirándome. Me
acerco hasta Álex y le susurro para que solo el pueda oírme – Ya
va siendo hora de que se lo digas.
Cuando me separo me mira con los ojos
muy abiertos, pero asiente. Estefi me lanza una mirada asesina.
Entro a mi casa rápidamente y cojo el
móvil. Voy a la cocina y abro una bolsa de patatas fritas y comienzo
a comer. Mañana Estefi me matará, aunque si lo que creo que va a
pasar pasase de verdad, me comerá a besos. Miro el móvil, tengo
nuevas interacciones en Twitter. Espero a que cargue y, después de
lo que parecen horas, descubro lo que marcará el principio de mi
nueva vida.
En cuanto supe de su existencia se
convirtió en mi amor platónico, en aquella persona que a pesar de
los cientos de kilómetros que nos separaban me hacía sonreír cada
mañana con sólo ver una foto suya, a pesar de que él no supiera de
mi existencia. Todos creían que estaba loca, obsesionada. Todos
decían que las locuras que últimamente pasaban por mi cabeza eran
sólo eso, locuras. Que él nunca sabría nada de mí.
Se equivocaban.
Las cosas acaban de cambiar.
Josh Hutcherson me sigue, lo que
significa que puedo hablar con él.
Pero no solo eso, tengo un mensaje. De
él.
Me tumbo en el sofá, tomo aire con
fuerza y abro el mensaje.
'Hola. Lo siento mucho, pero no sé
responder a tu problema'
Sonrío ampliamente. ¿Creerá de
verdad que me importa ese estúpido problema?
'Vaya, es una pena. Mañana debo
entregar un trabajo y sólo me falta ese problema por resolver'
Me muerdo el labio como hago siempre
que me siento culpable.
'¿Es muy importante para ti
resolverlo?'
No puedo evitarlo y comienzo reírme
sola en mi casa. Por suerte no hay nadie, sino pensarían que me
falta un hervor.
'Creo que podré sobrevivir si lo
entrego en blanco. Muchas gracias de todas formas, Josh'
Sonrío tontamente hasta tal punto en
el que las mejillas comienzan a dolerme, pero no puedo rebajar esta
sonrisa. Acabo de llamarlo Josh.
Decido ir a la cocina y hacer algo de
comer, porque son las cinco de la tarde y, aparte del buen desayuno
que me preparó Estefi esta mañana, solo me he comido media bolsa de
patatas fritas.
Pero voy a tardar poco en quedarme sin
apetito.
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